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miércoles, 19 de febrero de 2014

A PROPÓSITO, DE LA CONTIENDA INTERNA DEL PAN

Editorial de Alejandro Zapata Perogordo

A PROPÓSITO, DE LA CONTIENDA INTERNA DEL PAN

En relación a la renovación de la dirigencia partidista para elegir jefe nacional, se han comenzado a polarizar las posturas, atrincherándose los equipos, tal como si se tratara de una guerra sin cuartel.

Ahora con la reforma estatutaria, puede participar la militancia registrada con un año de anticipación, calculada en alrededor de doscientas veinte mil personas, cifra importante, distribuida en todo el país.

De acuerdo a la percepción, la confrontación se ubica principalmente entre Gustavo Madero, actual presidente del Comité Ejecutivo Nacional y el Senador Ernesto Cordero, sin descartar la posible participación para ese cargo de Josefina Vázquez Mota y el aguerrido Juan Manuel Oliva, sin embargo, los dos primeros se localizan con mayor visibilidad, máxime que en ocasiones sus diferencias han llegado a ser públicas y enormemente publicitadas.

En ese tenor, hay quien le apuesta a un verdadero choque de trenes, con el riesgo de satisfacer a plenitud el morbo social y llevarse al Partido entre las patas de los caballos, máxime que dentro de las filas de Acción Nacional persiste la cultura -muy arraigada-, de ser oposición, ya sea dentro o afuera de la institución, circunstancia propicia para una verdadera fragmentación.

Las campañas internas panistas, guardaban un sello especial, pues además de atender las formas democráticas, se mantenían bajo cánones de civilidad reglas adicionales, procurando ser congruentes entre la lucha por los ideales profesados, abanderados en todas las campañas políticas, comenzando por el irrestricto respeto a la dignidad de las personas y su práctica interna, comprendiendo su dimensión de contiendas entre compañeros y evitando a toda costa, denigrar, calumniar, denostar, injuriar o difamar al adversario.

Es obvio que los tiempos han cambiado, pero ello no debe ser pretexto para continuar sembrando discordias y después cosechar rencores, por el contrario, estos son momentos para demostrar verdaderos liderazgos. No es con la descalificación como se obtiene el carácter de demócrata o estadista, sino con las ideas, la tolerancia, la prudencia, la disponibilidad a cuidar al partido y a orientar la construcción de modernas instituciones.

En un momento crucial, Carlos Castillo Peraza, pronuncio un discurso al que denominó: "Apostemos por Nosotros Mismos", su contenido, recogía la esencia y el valor de los panistas; sus ideas, su esfuerzo, las convicciones, la generosidad y humildad para servir a México, a grado tal llego a las conciencias ese legado, que se convirtió en un clásico.

Existen más elementos y causas para el trabajo por un propósito común, basado en la comunión de pensamiento, que agravios en las disputas individuales. La política entendida en su expresión auténtica sobre la búsqueda del bien común, requiere permanente esfuerzo, como bien se ha señalado, constituye una brega de eternidad y, es ahí donde la aportación de todos los ciudadanos es fundamental.

El llamado a la unidad, no implica claudicación de legítimas aspiraciones, menos aún a limitar la expresión de ideas, propuestas y proyectos para el perfeccionamiento de las instituciones, Acción Nacional siempre ha defendido las libertades, es un Partido con memoria, pues eso nutre el conocimiento, la experiencia y el intelecto, también alimenta la acción y el quehacer político con un rumbo claro, sino al entendimiento, al respeto y al compromiso con responsabilidad.

Al mal viento, buena cara.

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