LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ, OTORGARÁ EL DOCTORADO HONORIS CAUSA, AL DOCTOR FÉLIX ALBERTO BELTRÁN CONCEPCIÓN. *.- CAMBIO CON GOBERNABILIDAD. Escribe │ Alejandro Zapata Perogordo.

LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ, OTORGARÁ EL DOCTORADO HONORIS CAUSA, AL DOCTOR FÉLIX ALBERTO BELTRÁN CONCEPCIÓN.

LA CEREMONIA ES EL VIERNES 22 DE FEBRERO, EN EL TEATRO DEL CENTRO CULTURAL UNIVERSITARIO BICENTENARIO.

En sesión extraordinaria del H. Consejo Directivo Universitario, la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, otorgará el Doctorado Honoris Causa, al doctor Félix Alberto Beltrán Concepción, académico del diseño de relevancia internacional y maestro invitado a la Maestría en Ciencias del Hábitat que imparte la Facultad del Hábitat.

El evento se llevará a cabo el viernes 22 de febrero a las 19:00 horas, en el Teatro del Centro Cultural Universitario Bicentenario, donde se darán cita desde las autoridades estatales, alumnos, maestros invitados de varios países y la comunidad universitaria de esta casa de estudios.

El doctor Félix Alberto Beltrán Concepción, es diseñador gráfico, con amplio reconocimiento a nivel mundial, y esta propuesta surge a raíz de que la Facultad del Hábitat empezó a hacer este sondeo en el medio del diseño a nivel mundial, la cantidad de cartas de apoyo que se recibieron hasta el día de hoy, además de su impresionante trayectoria a nivel de trabajo, exposiciones y cátedra, lo hacen el candidato idóneo para poder ser merecedor del más grande.

Cabe destacar que está considerado como uno de los mejores diseñadores gráficos a nivel mundial, y debido a la relación que tiene con la Facultad del Hábitat, el doctor Félix Beltrán acude cada semestre para impartir clases en el Instituto de Investigación y Posgrado desde hace más de 15 años.

El doctor Félix Alberto Beltrán Concepción nació el 23 de junio 1938 en La Habana, Cuba. Se formó en la School of Visual Arts, en la American Art School y en el Art Students League de Nueva York. Actualmente es ciudadano mexicano, y residente de la Ciudad de México desde 1980.

CAMBIO CON GOBERNABILIDAD.

Escribe │ Alejandro Zapata Perogordo.

En el año dos mil, cuando arriba Vicente Fox a la presidencia de la república, el reto consistía en mantener la gobernabilidad del país, Acción Nacional había transitado de ser un Partido Político, de discurso, de denuncia, de crítica y opositor al sistema presidencialista,  hasta conquistar la alternancia.

Esta no fue gratuita, en forma gradual y paulatina, se fueron ganando a pulso los espacios; en el Congreso Federal, en los Municipios, después algunas gubernaturas, para entrar en el carril del Ejecutivo Federal.

En esa medida también fue palpable un desarrollo cívico en la sociedad, aparejado con organizaciones vinculadas a lo político, es decir, grupos de ciudadanos cuyo objetivo era construir un sistema más democrático.

Así se fueron creando las condiciones en la conciencia colectiva de los mexicanos quienes estuvieron motivados en participar en aras de construir un proyecto diferente.

Se incursiono en una nueva etapa, sin embargo, el viejo sistema tenía una gran fuerza. Los líderes sindicales pese a las nuevas circunstancias, continuaban manejando el monopolio del corporativismo mexicano y los poderes facticos no estaban dispuestos a perder sus canonjías, por otra parte el nuevo régimen no  quería sobresaltos, así que opto por el dialogo y el acuerdo, sin imponer nada, llevar las cosas por la buena y realizar los cambios en forma paulatina, prácticamente  por consenso.

Los resultados fueron de regulares a malos, pues aunque existieron avances en algunos rubros, hubo otros de gran importancia que no se pudieron tocar, la gobernabilidad y la estabilidad fueron producto de mantener  el status quo prevaleciente.

La paradoja consiste en que ahora es exactamente al contrario, mientras que en los primeros años de alternancia para mantener la gobernabilidad no se tocaba el sistema, ahora es necesario un mayor dinamismo que propicie la transformación  al propio sistema.

Esta tesis es sostenible por varias razones; la primera es reconocer que continuamos por la etapa de pos transición y, el régimen  ni es presidencialista, ni tampoco se han consolidado las instituciones, en consecuencia son urgentes los ajustes, ya lo hemos observado en la fragilidad de algunas de ellas.

Por otro lado, es evidente, que en los últimos procesos electorales existe una mayor competencia, que produce contiendas equilibradas, cuyo reflejo se reclama en las acciones de gobierno entre pesos y contrapesos, obligando a pasar por el camino de los acuerdos y la construcción de una agenda común entre las fuerzas políticas, que fije reglas claras de desarrollo social, económico y político, de ahí deriva el Pacto por México.

En otra vertiente, la modernización, es otra causa que está ligada con el esquema impuesto  a nivel mundial de la globalización, que incide desde el exterior, en las políticas y actos de gobierno, de donde provienen múltiples compromisos por cumplir, aunado a una serie de factores cuando menos económicos y de seguridad que deben atenderse.

No se puede dejar de lado a una sociedad exigente, jóvenes con una mentalidad abierta cuyos deseos son ejercer a plenitud sus libertades, con tranquilidad, respeto y oportunidades de desarrollo, se trata de una nueva generación participativa y desconfiada, que no se puede dejar de lado, por el contrario, la premisa esencial consiste en comprender y atender.

En ese orden, el desandar el camino tendría efectos regresivos y enormes resistencias, seguir al mismo paso es invitar al rezago. La ruta lógica es continuar por el sendero trazado, a un ritmo de mayor aceleración.

Es momento de desterrar posturas mesiánicas, que nadie se sienta omnipotente, este país requiere de todos, en un ánimo de reconocer que todos han aportado y se requiere que lo sigan haciendo. Lo realmente importante, no es quien haga los cambios necesarios, sino que se realicen.